KINTSUGI: BELLEZA EN LA CERÁMICA ROTA

En Japón existe una tradición artística y filosófica que se practica desde hace más de 500 años: el Kintsugi, o la “unión dorada”, consiste en recuperar la belleza en objetos de cerámica rotos a partir de su unión con una laca pigmentada que le otorga un valor espiritual y cultural invaluable.

Nuestra cultura occidental nos llevó consensuadamente a creer que un objeto roto pierde automáticamente su valor. En Japón, por el contrario, se cree que el valor de un objeto no es meramente material, sino espiritual e histórico: la procedencia del material con el que un objeto es elaborado es de suma importancia. Por ello, en vez de tirar a la basura una taza de cerámica rota, o un plato, desde hace más de 500 años que los artesanos japoneses practican el Kintsugi, un método de restauración que consiste en la unión de piezas rotas con laca mezclada con pigmento de oro, plata y platino.

El Kintsugi es de suma importancia para la cultura japonesa y mantiene una estrecha conexión con la filosofía “wabi-sabi”, que significa “encontrar la belleza en las piezas rotas o antiguas”. Además, este método converge con el hábito de no reemplazar sino venerar y restaurar lo que ya se posee.

Las grietas llenas de laca dorada en un objeto roto, se convierten en un testamento de su historia. “No se trata de apreciar su apariencia, sino la belleza y la importancia que permanece en quien observa la pieza”, explica Muneaki Shimode, un artesano de 27 años de la ciudad de Tokyo.

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Fuente: Makezine

*Foto de portada: This is Colossal

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