Mujeres y Trabajo: la igualdad que no llega

La Organización Mundial del Trabajo publicó recientemente un nuevo informe sobre la situación de las mujeres y el mercado de trabajo en el mundo. Pese a algunos avances, persisten las desigualdades entre mujeres y hombres en el acceso al mercado laboral y en las condiciones de trabajo: la participación femenina en el mercado laboral es 26,5 por ciento más baja que la de los hombres. Las cifras evidencian que las mujeres no sólo tienen menos oportunidades para acceder al mercado de trabajo, con la consecuente permanencia en el empleo informal, la pobreza laboral y desocupación, sino que también ganan, en promedio, un 20 por ciento menos que los hombres. En el Día Internacional de las Mujeres, compartimos algunos datos para pensar(nos) en la actualidad de un mundo en el que la voz de las mujeres trabajadoras se une en el reclamo por obtener una real igualdad de derechos.

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Fuente foto: OIT

Los datos son concretos: las mujeres tienen más probabilidades de estar desempleadas que los hombres. En 2018, la relación entre las tasas de desocupación hombre-mujer es de 1,2; mientras que en los países en desarrollo como América Latina, la cifra llega a 1,3 por ciento. Los factores que inciden en esta tendencia refieren a que, si bien tanto los hombres como las mujeres de los sectores más vulnerables enfrentan las complejidades del empleo informal y el acceso limitado a los sistemas de protección social, “los roles de género arraigados y la discriminación en el mercado laboral siguen dificultando el acceso de la mujer a un empleo decente”. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que se espera que la tasa de desocupación femenina “siga aumentando en este grupo de países (y que la masculina se mantenga estable), y, en consecuencia, que para 2021 la relación entre las tasas de desocupación hombre-mujer haya aumentado”. Los datos se desprenden del informe de la OIT publicado días atrás con motivo del Día Internacional de las Mujeres.

Dificultades para acceder a un empleo formal 

En lo que respecto a la participación de las mujeres en el mercado de trabajo formal, la OIT señala que en 2018, la tasa mundial de participación femenina en el mercado laboral es un 26,5 por ciento más baja que la de los hombres.  Asimismo, el porcentaje de mujeres en el empleo informal de los países en desarrollo supera en 4,6 puntos porcentuales al de los hombres. En este sentido, cabe mencionar que las mujeres tienen dos veces más probabilidades de ser trabajadoras familiares auxiliares (personas que trabajan en establecimientos pertenecientes a un familiar que vive en el mismo hogar, pero a quien no puede considerarse como socio), categoría clasificada por la OIT como “empleo vulnerable”, es decir un trabajo sin contrato formal, sin acceso a prestaciones sociales o de protección social, y con mayor riesgo de exposición a los vaivenes económicos.

Esto se relaciona con la dificultad de las mujeres no sólo de desempeñarse por cuenta propia en condiciones de trabajo decente sino de ser empleadoras. A nivel mundial, las trabajadoras por cuenta propia con empleados representan solo el 1,7 por ciento del empleo femenino total en 2018, frente al 4 por ciento entre los hombres; realidad que se relaciona con el hecho de que las mujeres continúan tropezando con obstáculos en el mercado laboral cuando tratan de acceder a cargos empresariales y directivos.

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Fuente foto: OIT

Brecha salarial

También sigue habiendo disparidades entre los géneros con respecto al salario medio: las mujeres ganan, en promedio, el 20 por ciento menos que los hombres. El informe señala que la mayor parte de los empleos de las mujeres se desarrollan en sectores y ocupaciones con mayor incidencia de salarios bajos. Esto se complementa con la ausencia de políticas e instituciones como la negociación colectiva y la implementación, por parte de gobiernos y sindicatos, no sólo del salario mínimo sino también de la equidad: igual salario para igual tarea, independientemente del género. Es importante señalar que estas desigualdades se traducen en disparidades de protección social, y en la capacidad de las mujeres de consolidar derechos jubilatorios en el régimen contributivo de jubilaciones y pensiones que, en última instancia, aumentan más el nivel de pobreza de las mujeres en la vejez con respecto a los hombres.

Es indudable que la distribución desigual respecto del reparto de responsabilidades domésticas y de atención se manifiestan, a su vez, como desigualdades en el mercado laboral, no sólo en el tipo de puestos de trabajo disponibles para las mujeres sino también en el acceso a empleos estables. Subsanar las disparidades entre los géneros en el mercado de trabajo y en el empleo es una tarea urgente de la que los gobiernos deben ocuparse. El fomento de un reparto más parejo de las responsabilidades familiares y la reducción de los estereotipos de género –prácticas que deben fomentarse desde la educación inicial de niños y niñas hasta en los ámbitos laborales- es esencial para derribar las profundas desigualdades de género en sus múltiples formas, entre ellas la del acceso de las mujeres al empleo decente. Lo sostiene hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI): solo con cerrar la brecha de género en la participación económica el PBI mundial aumentaría unos 5,3 billones para 2025.

*Foto cabecera: OIT

 

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Estudié Ciencias de la Comunicación y soy periodista. En medios realicé tareas diversas como cubrir acontecimientos para diarios zonales, actualizar portales web y redactar panoramas informativos radiales. Desde hace algunos años me especializo en la generación de contenidos de calidad para redes sociales y actualmente me desempeño como editora y redactora de contenidos para el Facebook y el sitio web de Construir TV.
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