NACE LA PRIMERA PLANTA PILOTO PARA RECICLAR PILAS

Es sabido que las pilas, si bien son muy útiles, son altamente tóxicas y muchas veces no sabemos qué hacer con ellas cuando ya no funcionan. Ante esta disyuntiva, surje en Argentina la primera planta piloto para su reciclado. Un proyecto único en el mundo que provee materiales para producir desde pinturas hasta medicamentos.

Las pilas y baterías son altamente consumidas alrededor del mundo. Cuando ya no funcionan y se transforman en residuos, los metales que la componen -zinc, manganeso, plomo, cadmio, cromo- resultan altamente tóxicos y peligrosos para el medio ambiente. Si bien en Argentina, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación las categorizó como «residuos peligrosos», no existe ninguna regulación que indique la mejor manera de proceder cuando tenemos que descartarlas.

Antes esta problemática, hace tres años un grupo de científicos de la ciudad de La Plata materializó un proyecto de investigación dentro de la Planta Piloto Multipropósito de la misma ciudad, basado en los conceptos de la química verde: más amigable con el medio ambiente y la salud. El objetivo era darle tratamiento y recuperación a las pilas alcalinas, de zinc y manganeso que ya no funcionan.

Todos los componentes de las pilas se recuperan. - Brando

Todos los componentes de las pilas se recuperan. – Brando

Hoy en día, ese proyecto que comenzó como una tesis, se convirtió en una planta con capacidad para reciclar entre 80 y 100 kilos de pilas por mes, recuperando todos sus componentes. Allí funcionan 15 tubos de 40 litros de capacidad -llamados biorreactores air-lift-, un sistema de almacenamiento del medio ácido y dos reactores de 100 litros de capacidad para los procesos de lixiviación y recuperación de las pilas.

La planta tiene capacidad para reciclar entre 80 y 100 kilos por mes / Buendiario

La planta tiene capacidad para reciclar entre 80 y 100 kilos por mes / Buendiario

Pero, ¿cómo es el proceso de reciclado? El primer paso es la clasificación por tamaño de las pilas alcalinas agotadas: chicas (AAA), medianas (AA), grande (C) y más grandes (D). Mediante un método artesanal, se corta la carcasa de hierro que recubre a las pilas. Una vez abiertas se recuperan los diferentes componentes: cobertura de acero, algo de papel, el barro interno (debido a que tiene una gran cantidad de carbón), y los metales que se reutilizan como el zinc y el manganeso.

Una vez separados, cada uno de los componentes es tratado con ácido sulfúrico -producido en la propia planta sin contaminación- y luego, mediante un método llamado lixiviación, que sirve para disolver sus iones, recuperan ambos componentes hasta dejarlos listos para su reutilización.

El resultado de este proceso es la obtención de óxido de manganeso y carbonato de zinc. El primero puede utilizarse para fabricar acero y el segundo es aplicado en la industria alimenticia, farmacéutica, naval y hasta en la construcción.

Los beneficios del reciclado de pilas son evidentes: desde menos baterías arrojadas a los rellenos sanitarios hasta una reducción del uso de metales vírgenes en la producción de de las mismas. Sin dudas, un proyecto que espera ser replicado en otras partes del mundo.

Es importante señalar que la Planta Piloto Multipropósito no es un centro de acopio de pilas, sino un laboratorio de investigación y desarrollo que tiene por finalidad el cuidado del medio ambiente.

Fuente: Brando / Buendiario

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