Las huertas urbanas son una tendencia que crece en todo el mundo y América Latina no es la excepción. Proyectos que van desde la inclusión de la horticultura en los programas educativos hasta el desarrollo de huertas comunitarias en medio de la ciudad, dan cuenta de la agricultura urbana como una tendencia que se multiplica. Pero ¿cuáles son las razones para emprender un proyecto verde en casa o en el barrio? Hoy queremos que conozcan diez razones para entender porqué la agricultura urbana no es un fenómeno pasajero sino -como muchxs piensan- el estilo de vida de un futuro que ya llegó.
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) estima que la población mundial pasará de los 6.700 millones de habitantes actuales a 9 mil millones en 2050. Se calcula que alimentar a la población mundial requerirá un aumento del 70 por ciento de la producción agrícola total, en un contexto en el que los esquemas de temperaturas y precipitaciones -parte del cambio climático- afectarán el desarrollo agrícola. Esto, sumado a la acción de plagas y enfermedades, modificará el conjunto de cultivos viables, afectando a la producción, los precios, los ingresos y, en última instancia, los medios de vida de la población mundial.
En medio de este panorama, distintos colectivos sociales comenzaron a hacer resurgir, desde la década del ’70, diversos proyectos para que los pueblos recuperaran su autonomía respecto a la generación del propio alimento: los huertos urbanos. Tal como señala el agrónomo José Nicolás Gómez Rodríguez en este estudio, desde entonces los huertos urbanos comenzaron a entenderse como una forma de promover “la calidad de los productos y la generación de empleo, como con la mejora de la calidad de vida, la educación ambiental, las relaciones sociales y la regeneración urbana”.
En la actualidad, si bien todavía no es un fenómeno masivo, cada día conocemos más emprendimientos alrededor del mundo que buscan construir nuevas formas de producción y comercialización de productos. Pero ¿cuáles son los motivos para emprender un proyecto así? Hoy les traemos diez razones para entender el auge de los huertos urbanos y porqué vale la pena participar de ellos:
1.PERMITE AHORRAR DINERO Y CONSUMIR MEJORES ALIMENTOS
Los huertos urbanos permiten desarrollar recursos naturales para suplir las necesidades alimenticias de la comunidad. Así podemos disminuir nuestra dependencia de la oferta de servicios, reducir el costo de vida y consumir alimentos de mayor calidad, orgánicos, sin necesidad de acudir a los productos del agronegocio.
2.FOMENTA EL ENCUENTRO SOCIAL
La generación de huertas estimula el encuentro entre vecinos y vecinas, quienes deben organizar colectivamente las tareas del huerto. A su vez, este encuentro genera lazos de solidaridad y pertenencia (frente al individualismo propio de las ciudades) en pos de una meta en común, generar el propio alimento.
3.PROMUEVE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
Naciones Unidas señala que existe Seguridad Alimentaria cuando todas las personas tienen acceso en todo momento a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para cubrir sus necesidades nutricionales y sus preferencias en cuanto a los alimentos para llevar una vida sana y activa. Así, la agricultura urbana puede contribuir a la seguridad alimentaria de tres formas: Aumentando la cantidad de alimentos disponibles, aumentando el grado de frescura de los alimentos que llegan a lxs consumidorxs urbanxs y ofreciendo oportunidades de empleo productivo.
4.REGALA UN MOMENTO DE SERENIDAD Y ESPARCIMIENTO
Participar de una huerta comunitaria o tener nuestro micro-huerto en casa es también beneficioso para nuestra salud mental dado que genera momentos de esparcimiento y sosiego frente a estilos de vida cada vez más agitados.
5.PERMITE PARTICIPAR SIN ROBARNOS DEMASIADO TIEMPO
A diferencia del ámbito rural, en donde la mayoría de las veces las familias agricultoras se dedican exclusivamente a su cultivo, participar en la gestión de un huerto urbano demanda tiempos parciales y permite desarrollar otras actividades.
6.FOMENTA EL NACIMIENTO DE OTRO MODELO DE CIUDAD, LA CIUDAD SOSTENIBLE
La práctica de la agricultura urbana posibilita espacios de acercamiento con la naturaleza a la vez que estimula el sentido de ciudadanía a través de la recuperación ambiental de los espacios colectivos. Si entendemos la sostenibilidad urbana como la búsqueda de un desarrollo urbano que no degrade el entorno y proporcione calidad de vida a lxs ciudadanxs, las huertas comunitarias resultan una valiosa oportunidad para que los espacios de la ciudad se transformen en una nueva forma de producción, consumo y socialización.
7.BENEFICIA AL MEDIO AMBIENTE
En 2010 un informe de las Naciones Unidas señaló que el “enverdecimiento” de las ciudades mejora la calidad del aire, dado que las plantas absorben partículas de polvo y gases contaminantes presentes en el aire, a la vez que suaviza las temperaturas, protege el suelo contra la erosión y favorece la biodiversidad local.
8.GENERA NUEVAS FUENTES DE EMPLEO
La FAO señala que otro de los efectos positivos de los huertos familiares o comunitarios es la generación de nuevos canales de comercialización regionales –a partir de la venta del excedente de la producción- que a su vez favorece el empleo local, por ejemplo mediante la contratación de transporte de corta distancia para el traslado de la producción, así como de aquellxs vecinxs que deseen cuidar de la huerta a “tiempo completo” o durante el fin de semana y se les pague un salario por su tarea.
9.RECUPERA SABORES PERDIDOS
La práctica de la huerta permite retomar sabores regionales por sobre la estandarización gustativa propia de la producción a gran escala. Así, las pequeñas huertas retoman variedades antiguas de frutas y verduras que se fueron perdiendo debido a por ejemplo, los altos costos en el traslado de larga distancia.
10. FOMENTA LA EDUCACIÓN Y LA INTEGRACIÓN FAMILIAR
Los huertos escolares constituyen una plataforma de aprendizaje. El manual Crear y manejar un huerto escolar publicado por la FAO en 2006, señala que si bien puede no llegar a constituir una fuente de alimentos o ingresos, el huerto escolar sí es un medio para mejorar la nutrición y la educación a través de una experiencia que favorezca una mejor comprensión de cómo la naturaleza nos sustenta, para de esta forma crear hábitos alimentarios saludables a largo plazo que se repliquen en el ámbito familiar. A su vez, el huerto escolar es un medio para estimular el interés del resto de lxs miembrxs de la familia en el tema, y abrir el camino para el intercambio de conocimientos y experiencias entre la escuela y la comunidad.
*Foto cabecera: The Huffington Post