Nuestro contiene diez veces más células bacterianas que células humanas, por lo que las bacterias son parte constituyente y esencial de los que somos, de lo que comemos y de cómo lo hacemos. ¿Pero cómo interactúa esta realidad con los antibióticos que recibimos durante nuestra vida, cómo ha evolucionado esa relación y que estudia nuestro país en la materia?