Una familia de emprendedorxs provenientes de Austria y actualmente radicadxs en la provincia de Misiones (Argentina) desarrolló un método de fabricación de bloques para la construcción de viviendas a partir de aserrín y hormigón. Los módulos resultan una alternativa sustentable, dado que utilizan un material que la industria maderera de la zona produce en gran cantidad -el aserrín- considerado un deshecho de difícil aprovechamiento. Asimismo, los blosuqes tienen un menor costo económico y son más resistentes que los materiales tradicionales como el ladrillo hueco y/o el homigón. El empredimiento familiar ya ha recibido diversas distinciones por el carácter innovador y sustentable de su producto.
Hace unos veinte años la familia Cordes partió desde Austria hacia Argentina, país donde reside la comunidad de austríacxs más importante de América Latina, en busca de nuevos horizontes para crecer. Tras un paso por Buenos Aires, lxs Cordes se radicaron en Misiones, puntualmente en Montecarlo. Es desde allí que hace pocos años esta familia de emprendedorxs vió una oportunidad de negocio a partir del reuso de un material considerado como deshecho y que la industria maderera de la zona produce en toneladas: el aserrín.
“El emprendimiento adapta una tecnología suiza, la de la mineralización de la madera, a los residuos de la industria forestal de Misiones y Corrientes, sobre todo a los pinos resinosos, que es lo que más se planta acá”, explicó en una entrevista en Radio Libertad el joven Darío Córdes, integrante de SIMACON, esta pequeña empresa familiar de origen austríaco.
De manera similar al proceso milenario de fosilización de la madera de los árboles, la fabricación de los bloques consiste en tomar el aserrín fresco y exponerlo a un medio altamente mineral para lograr el mismo resultado: “lo que hacemos es fosilizar la madera en un tiempo comercial coherente y lo combinamos con una tecnología que se llama ITF (hormigón armado aislado), un método de construcción modular que funciona como encofrado perdido. Ese es el emprendimiento que llevamos adelante con mi familia hace ya un par de años”, explicó.
Según explican sus fabricantes, esta tecnología ofrece una excelente aislación térmica de la madera combinada a la fortaleza estructural del hormigón armado, a la vez de ser una alternativa sustentable, de menor costo económico y más resistente que los materiales tradicionales como el ladrillo hueco y/o el homigón.
Esta pequeña empresa ha recibido diversas distinciones, entre ellas un reconocimiento por parte del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación así como uno de los premios del concurso INNOVAR 2016, por su carácter novedoso y “por tratarse de uno de los proyectos que mejor representa los valores del emprendedorismo y sustentabilidad”.