Aquello que hasta ahora hemos conocido como trabajo está siendo profundamente transformado. Las nuevas tecnologías han llegado para crear un nuevo paradigma de organización de los medios de producción en el que a las y los trabajadores se les exigen nuevas competencias, saberes y formación. Algunos especialistas señalan que unos cinco millones de puestos de trabajo podrán desaparecer en los próximos años, en su mayoría los que refieren a tareas poco calificadas. Frente a estos cambios surge el interrogante ¿es posible fomentar el empleo decente entre las y los jóvenes ante un futuro del trabajo que se nos presenta como el imperio de lo tecnológico sobre lo humano? Tomando en cuenta que quienes vivirán el futuro del trabajo serán los jóvenes , cabe preguntar ¿cómo ven su presente y cómo se proyectan al futuro? ¿Cómo creen que deben prepararse para enfrentar los desafíos del mundo laboral que viene?
Según un informe de 2017 publicado por la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en base a un cuestionario en línea respondido por 1.544 personas jóvenes residentes en 26 países de la región, la mayoría de los jóvenes latinoamericanos (60%) ve su futuro laboral con mucha confianza; mientras que el resto ve su futuro con incertidumbre o miedo. Asimismo, la mayor parte de las personas encuestadas (80%) respondió que se encontraba estudiando y un 55 por ciento informó que trabajaba. ¿Cuáles son las perspectivas de los jóvenes respecto a su futuro laboral? Aquí algunas respuestas:
✔ Gran parte de las y los encuestados (39%) señaló que su trabajo demanda menos estudios que los que han realizado. Otro tanto (36%) aseguró que lo que estudian no se aplica a las demandas de su empleo.
✔ La mayoría (61%) cree que la automatización de los procesos y la incorporación de las nuevas tecnologías afectará su futuro laboral.
✔ Muchos jóvenes consultados (73%) señalan que esta tendencia les obliga a tener que capacitarse constantemente en áreas o especialidades respecto a la tecnología.
✔ Los más optimistas piensan que podrán optimizar los procesos productivos y trabajar menos (33%), así como acceder a nuevos mercados laborales (30%) aunque una parte de ellos (29%) teme que se volverán menos importantes dado que la tecnología podrá reemplazar sus tareas.
✔ La mayoría de los jóvenes consultados cree que existirán nuevos métodos de enseñanza, se incluirán nuevas tecnologías en las aulas de la clase, y la currícula educativa se adaptará a las necesidades del entorno. También creen que se crearán nuevas carreras y se necesitarán mayores recursos de especialización en la formación.
Si bien los resultados indican una perspectiva optimista por parte de los jóvenes sobre el futuro del mundo laboral, la mayoría de ellos destaca que el creciente uso de tecnologías junto a nuevos procesos de automatización afectará su futuro laboral. En este sentido, gran parte de los jóvenes manifestaron ser conscientes de que deberán esforzarse en consolidar su formación educativa para poder convertir en beneficioso el mundo laboral que viene. En este sentido, si bien es importante que la juventud tenga presente que el esfuerzo individual es uno de los pilares para el desarrollo personal, no debemos dejar de lado la extrema desigualdad en la que las sociedades viven. Basta con mirar algunas estadísticas de Naciones Unidas: 67 millones de jóvenes no tienen trabajo actualmente, mientras que 145 millones de jóvenes están atrapados en trabajados en condiciones de extrema pobreza y 40 millones de personas, en su mayoría jóvenes, entran al mundo del trabajo cada año. Resulta evidente que sin un suelo de derechos que garanticen las mismas oportunidades –acceso a educación de calidad, salud, y trabajo digno entre otros- la formación para el futuro del trabajo será para unos pocos, y una deuda pendiente para las mayorías.
Uno de los mayores desafíos de los y las líderes del mundo es desarrollar políticas que permitan conjugar los avances tecnológicos y digitales inherentes al futuro del mundo laboral, sin perder de vista la empleabilidad e inclusión. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) #08 de Naciones Unidas tiene como fin promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos. En este sentido, el sistema educativo actual juega un rol fundamental para formar jóvenes que puedan adaptarse a las nuevas formas de trabajo y estén preparados para enfrentar un futuro que todavía se nos presenta como incierto. «El futuro ya llegó» dice la frase. Ahora es responsabilidad de las y los gobernantes generar las condiciones para que nadie se quede afuera.
*Foto cabecera: Autor desconocido / Fuente: www.wwinye.org