Si bien se la conoce por ser una de las ciudades universitarias más importantes de Argentina, haber sido cuna de grandes escritores como Rodolfo Walsh, y también por el colorido fanatismo futbolero de su gente, La Plata -capital de la provincia de Buenos Aires- es conocida por su particular diseño urbanístico, que responde al trazado histórico de su fundación, en 1882, caracterizado por la presencia de calles diagonales que forman rombos dentro del contorno urbano, así como por la gran cantidad espacios verdes que integran la ciudad, colocados con exactitud cada seis cuadras. ¿A qué responde esta particular distribución del espacio público? Lxs invitamos a enterarse en esta nota.
Fundada oficialmente por el gobernador Dardo Rocha el 19 de noviembre de 1882, su construcción fue planificada y construida específicamente para ser destinada como capital de la provincia de Buenos Aires, después de que la ciudad de Buenos Aires –actual capital de la nación- fuera declarada como Distrito Federal hacia 1880. El entonces gobernador encargó el diseño de la nueva ciudad al ingeniero y urbanista Pedro Benoit (argentino de origen francés), quien trazó los planos de la futura capital de la provincia y volcó su conocimiento de las teorías urbanas más modernas, así como de las transformaciones de la ciudad de París a mediados del siglo XIX.
Según relata el documento La Plata: ciudad y arquitectura, forma y simbolismo, la ciudad se diseñó siguiendo la tradición grecolatina de ciudad amanzanada, que llega a toda América Latina por las llamadas “Leyes de Indias” (legislación promulgada por los monarcas españoles para organizar las nuevas tierras conquistadas, basada en patrones urbanísticos ligados fuertemente a la religión) directrices que fueron enriquecidas con el aporte afrancesado del urbanismo de mitad del siglo XIX, por los bulevares y diagonales. De esta manera, el trazado propuesto consistió “en un cuadrado básico, con dos diagonales mayores (uniendo los vértices del cuadrado) y cuatro diagonales menores que vinculan entre sí al bosque de La Plata -asiento de edificios universitarios y recreativos- y los tres parques proyectados” así como la determinación para construir una plaza en todos los cruces de avenidas con el fin de promover la multiplicación de espacios recreativos barriales destinados al uso de la familias.
Consciente de la importancia de la obra que emprendía, el gobernador Dardo Rocha encargó la documentación fotográfica –una técnica que por entonces gozaba de sólo unas décadas de vida- al fotógrafo Tomas Bradley, quien documentó el proceso desde el comienzo, el momento en que se colocó la piedra fundamental. Así, durante los siguientes cuatro años Bradley continuó fotografiando la construcción de barrios y edificios públicos levantados desde cero sobre el rectilíneo horizonte pampeano.
Según se sabe, el planeamiento urbano de La Plata estuvo ligado a la masonería (que influyó en la clase política argentina de fines del siglo XIX y principios del XX) de la cual Dardo Rocha y el urbanista Benoit formaban parte. Así, el diseño urbano platense presentaría referencias ocultas ligadas a la masonería –cuyo símbolo más representativo es sin dudas la escuadra y el compás- que, por ejemplo, se evidenciarían en la diagramación de sus diagonales, tal como muestran las figuras que siguen.
Por otra parte, vale destacar que el centro geométrico de la ciudad (también conocido como eje histórico), marcado por la Plaza Moreno, ha sido conservado hasta hoy en forma intacta. Allí se encuentran el Palacio Municipal y la Catedral, distribución que enfatiza la importancia dada al ayuntamiento y a la religión.
Con rasgos provenientes de influencias diversas como la impronta de la conquista española, los aportes del urbanismo francés y la simbología masónica, el diseño urbano de la ciudad de La Plata resulta un atractivo que no pasa desapercibido ante la mirada de ningún visitante. Un testimonio vivo de la diversidad cultural que forjó la historia de una buena parte de América latina.
Fuentes
La Plata: ciudad y arquitectura, forma y simbolismo
La Plata: de la ciudad apreciada a la ciudad ignorada