Un equipo de investigadores argentinxs creó un prototipo de motor que logra transformar la energía mecánica en electricidad a partir de los rayos del sol. El motor no consume agua ni combustible, por lo que tiene un impacto ecológico casi nulo. El objetivo es hacer parques energéticos solares que puedan abastecer al país de energía. Sus creadores aseguran que se trata de una máquina que presenta mayor eficiencia y más años de vida útil que los paneles fotovoltaicos convencionales.
Se trata de un motor Stirling que a partir de los rayos del sol moviliza un sistema de bielas y manivelas, para acoplarse a un generador eléctrico y transformar así la energía mecánica en electricidad. Carlos Kozameh, investigador responsable de este proyecto llamado Intihuasi –desarrollado en una iniciativa común entre el Instituto Universitario Aeronáutico (IUA) de Córdoba, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Catamarca- explicó a La Voz cómo es el funcionamiento del motor, y señaló que el mismo funciona a partir de una única fuente de calor externa, el sol. De esta manera, un disco de espejos de cuatro metros de diámetro concentra los rayos solares en una superficie de unos 15 centímetros, la cual alcanza unos 600 grados de temperatura.
El motor Stirling del receptor contiene un fluido que puede ser hidrógeno, helio o nitrógeno, que al calentarse por los rayos solares concentrados pone en funcionamiento los cilindros del motor, cuyos pistones conectados a un cigüeñal transforman la energía solar en mecánica, la que posteriormente se convertirá en eléctrica a partir de un alternador, tal como informa la Agencia de ciencia y tecnología TSS. El sistema esta equipado con un mecanismo de seguimiento que permite mantener el disco de espejos apuntado hacia el sol durante la mayor parte del tiempo posible, como si se tratase de un girasol.
Cabe señalar que el desarrollo de este motor se enmarca en el proyecto del Parque Solar Termoeléctrico Intihuasi -una asociación público-privada integrada por la IUA y la UNLP conjuntamente con la Universidad Nacional de Catamarca (donde instalarán el parque de prueba) y la empresa Industrial Belgrano (Ibsa), que aporta capital y será responsable de comercializar el proyecto- cuya finalidad es desarrollar un parque solar termoeléctrico empleando tecnología Dish-Stirling.
El equipo está hecho íntegramente en Argentina: “La idea es hacer parques energéticos solares. Con el modelo comercial podríamos abastecer al país de energía si colocáramos estos equipos en una superficie de 20 por 25 kilómetros”, agrega Kozameh.
Asimismo, el investigador destaca que un parque solar equipado con este sistema ofrece grandes ventajas respecto a uno realizado con paneles solares, dado que tiene un 10 por ciento más de eficiencia y cinco años más de vida útil que este último. Entre las principales ventajas del uso de este tipo de tecnología, el documento oficial del proyecto Intihuasi señala que la tecnología Dish-Stirling presenta una eficiencia 25-35 por ciento y una vida útil de 10-15 años, no utiliza agua como insumo (con un impacto ecológico prácticamente nulo) pone en valor tierras desérticas -no se necesitan terrenos llanos para instalar estos equipos, pudiendo localizarlos incluso en colinas- y se fabrica con materiales ampliamente disponibles en Argentina.
“En 2012, no sabíamos cómo hacer un motor Stirling. Hoy hemos desarrollado el primer motor argentino que puede generar potencias de más de un kilovatio”, destaca el investigador Carlos Kozameh.
En cuanto a la elección del lugar para instalar el motor es preciso destacar que el criterio de lxs científicxs se basó en el nivel de radiación solar (algunos sectores del norte argentino están entre los lugares con mayor radiación solar del mundo). Así, mientras en Buenos Aires la constante solar es de 500 vatios por metro cuadrado, en Catamarca, lugar elegido para instalar el parque, es de 1.100 vatios por metro cuadrado.