Todavía poco conocidas, las librerías «a puertas cerradas» ofrecen todo lo que lxs amantes de los libros buscan: una cuidada selección de obras -inéditas o difíciles de encontrar en el circuito comercial habitual- en un clima relajado, con la compañía y asesoramiento de sus propios dueños. Sí, también ofrecen café y casi todas tienen un lindo gatito para acariciar.
En tiempos en los que el cruce entre lo público y lo privado se hace cada vez más ambiguo emergen nuevas formas de tiempo libre en las ciudades que proponen experiencias personalizadas de consumo como lo son los restaurantes a puertas cerradas, en los que se debe concertar una cita previa para poder asistir, y las plataformas como Cookapp que ofrecen una carta online de platos de comida casera para elegir y pasar a retirar por la casa del/la cocinerx. Las librerías a puerta cerrada siguen esta tendencia y así el “salón de ventas” toma la forma casas particulares en las que lxs vendedorxs/anfitrionxs asisten a quienes busquen libros de sellos independientes, rarezas editoriales, libros artesanales y ediciones difíciles de conseguir. Todo, en un ambiente relajado en el que la invitación a tomar un café y acariciar al gato que duerme entre los estantes de libros, es parte de la compra. En esta nota les mostramos cuatro librerías a puertas cerradas de Buenos Aires para conocer (y los lindos gatitos que las habitan).
1.MI CASA LIBRERÍA ATÍPICA
Mi Casa Librería Atípica es fruto de la decisión de una licenciada en economía que en 2010 abandonó su trabajo de oficina para darle forma a un proyecto de vida que también incluyera su gusto por la lectura y las artes. De esta inquietud nació esta librería a puertas cerradas que funciona en su casa -un antiguo PH del barrio porteño de Villa Crespo, con un patio luminoso y lleno de plantas- en el que su dueña, Nurit Kasztelan, recuperó así el oficio de librero en su propio hogar. “No se trató del deseo de ‘quiero una librería en mi casa y la hago’, sino de ‘cómo hago para sobrevivir en un ambiente hostil’, económicamente hablando, y sosteniendo mis actividades y mis tiempos”, relata hoy la joven librera, quien desde entonces aconseja a amigos y visitantes, recomienda títulos según los intereses de quien se presente, recibe pedidos y consultas por Facebook y correo electrónico, y trata, sobre todo, «de rastrear y dar a conocer esas joyas que la gente no conoce». Mi Casa es hoy una librería asentada, con unos 5 mil títulos y la atención ganada que la señala como “la” librería cerrada de poesía y literatura contemporánea.
2.A CIEN METROS DE LA ORILLA
A Cien Metros de la Orilla /Casa San Telmo
En el barrio de San Telmo se encuentra A cien metros de la orilla, otra librería “escondida” en el departamento de su dueña, Natalia Romero, quien pasó de trabajar en una tienda de diseño a dedicarse a tiempo completo a las letras y los libros. “La idea de poner un local era una locura, imposible, así que comencé tímidamente con una plataforma Web donde recibía consultas y hacía envíos. La mayoría de los pedidos yo los llevaba en bicicleta, y siempre estaba atenta a las cosas nuevas que iban saliendo, las publicaciones de las editoriales independientes que a mí más me interesaban, lo desconocido, con poca difusión”, cuenta Natalia. Hoy vende libros en un entrepiso de un departamento sobre la calle Defensa donde también dicta talleres de escritura. “Lo que te puedo ofrecer, además de lo obvio, libros, es sinceridad y un trato personalizado que ya casi no existe en ninguna librería», sintetiza la joven.
3.LOS LIBROS DEL VENDAVAL
Los Libros del Vendaval/ Facebook
En el barrio de Colegiales se esconde Los libros del vendaval, un rincón literario especializado en los libros-álbum infantiles, es decir libros en los que la imagen interactúa con el texto para formar un objeto de gran atractivo visual que llama la atención de grandes y chicos. Su creadora es Silvia Aristimuño, una bibliotecaria que en 2011 decidió abrir una librería especializada en el único lugar en el que le resultaba posible hacerlo: su casa. “No hubiera podido hacerlo de otra manera: el no tener que pagar por el alquiler de un local fue lo que posibilitó la concreción del proyecto. Por suerte, mi casa es grande, así que pude disponer de un espacio especial para el Vendaval. Aunque lo que es una gran ventaja en el desarrollo del negocio conlleva la contracara de la falta de visibilidad de la librería hacia la calle: aquí no hay vidrieras, por lo tanto la difusión se da por el boca a boca, la web, y las actividades que realizamos”, sintetiza Silvia.
4.LA VACA MARIPOSA
La Vaca Mariposa/ Facebook
Adriana Morán Sarmiento, al frentede La Vaca Mariposa, la editorial independiente y librería en la que su anfitriona suele preparar riquísimos platos para degustar durante las cenas literarias que habitualmente organiza / Cookapp
Ubicada en el barrio de Palermo, La Vaca Mariposa es una librería que funciona en el living de la casa de Adriana Morán Sarmiento, una periodista venezolana que en 2013 logró abrir este espacio dedicado a la narrativa, la poesía, la fotografía y el ensayo literario, con especial énfasis en editoriales latinoamericanas e independientes. Además organiza cenas mensuales con distintos escritorxs y diversas actividades culturales y lleva adelante la editorial independiente que del mismo nombre: «Primero armé la editorial (…) y lo de la librería surgió después. Me fui dando cuenta de que la movida de a puertas cerradas era algo que funcionaba muy bien en esta ciudad, con un público muy activo, así que comencé primero con mi proyecto en Internet y apenas pude, abrí el living de mi departamento en Palermo».
Fuentes: 1. Revista MU/ 2. Clarín/ 3.Qué Me Recomendás Para/ 4. La Vaca Mariposa
*Foto cabecera: Tea, Coffe and Books
