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Actualidad
La oportunidad de reconstruir un mundo más justo e igualitario
Este 10 de diciembre se cumple un nuevo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, texto adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 que reconoce “la dignidad inalienable de los seres humanos”, y establece los derechos y libertades fundamentales para todas las personas del mundo. Sin embargo, este nuevo aniversario nos encuentra ante las profundas desigualdades que se han puesto de manifiesto frente a la crisis sanitaria del Covid-19. Mientras el 55 por ciento de la población de los países ricos está totalmente vacunada, menos del 10 por ciento de la población de los países de ingresos bajos ha podido acceder a las vacunas para protegerse de las formas más graves de la enfermedad. ¿Cuál es el camino para hacer frente a esta crisis global sin dejar a nadie atrás? Construir TV se suma a la conmemoración de esta fecha con el ESPECIAL: MES DE LOS DERECHOS HUMANOS, una selección de documentales independientes que nos hacen reflexionar sobre el mundo en que vivimos.
Desde que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos hace más de 70 años, muchos derechos fueron restituidos: “creció el número de niños escolarizados y más mujeres pudieron alcanzar un mayor grado de autonomía. Más personas (…) tuvieron oportunidades para romper las cadenas de la pobreza, la clase social, la casta y el género”, como afirma Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sin embargo, la crisis social y económica producto de la pandemia del Covid-19 ha empeorado las condiciones de vida de millones de personas, y mucho queda por hacer si tenemos en cuenta algunos índices en torno al empleo formal en América Latina, por ejemplo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que la tasa de desocupación de los jóvenes entre 15 y 24 años alcanzó el 23,8 por ciento en el primer trimestre de 2021, el nivel más alto registrado hasta el momento. Por otro lado, la brecha de género en el acceso al mercado laboral se profundizó. En el segundo trimestre de 2021, la tasa de desocupación de las mujeres llegó al 12 por ciento, mientras que la de los hombres fue del 8,6 por ciento, es decir que la brecha de la tasa de desocupación entre hombres y mujeres aumentó del 2,3 por ciento en 2019 a 3,4 puntos porcentuales en 2021.
En igual sentido, la crisis sanitaria global producto de la pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto las profundas desigualdades en el acceso a la salud. Según Amnistía Internacional, “menos del 10 por ciento de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos está totalmente vacunada, frente al 55 por ciento de la de los países ricos”. El acceso a los servicios de salud integral, y en especial aquellos referidos a la salud mental, también se ha visto vulnerado, al tiempo que las infancias atraviesan “la peor crisis” de los últimos 70 años, según alertó UNICEF recientemente a través de un documento. En este sentido, el informe señala que unos “60 millones de niños más viven hoy en día en hogares pobres desde el punto de vista monetario, en comparación con las cifras anteriores a la pandemia”. A ello debe agregarse la falta de acceso para recibir el calendario de vacunas habituales en la niñez: “En 2020 más de 23 millones de niños no pudieron recibir las vacunas esenciales, un aumento de casi cuatro millones con respecto a 2019 y la cifra más alta en 11 años”, agregan desde el organismo.
Si bien la situación es difícil y compleja, sin dudas una de las acciones más urgentes consiste en garantizar el acceso a las vacunas contra el Covid para todas las personas. Gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y en particular, las empresas farmacéuticas que desarrollaron las distintas vacunas, deben mancomunar esfuerzos para garantizar el derecho a la salud de millones de ciudadanos, el primer paso para comenzar a reconstruir un mundo más justo e igualitario para todas las personas.
Especial: Mes de los Derechos Humanos
En el mes de los Derechos Humanos Construir TV presenta una selección de documentales independientes que nos hacen reflexionar sobre el mundo en que vivimos.
🔴 ESPECIAL: MES DE LOS DERECHOS HUMANOS ➤ Todos los VIERNES de diciembre a las 21 horas por la pantalla de Construir TV.
- La primera línea de la favela, viernes 3 a las 21 horas.
- Daphne. Una lapicera demasiado afilada, viernes 10 a las 21 horas.
- Una mujer capturada, viernes 17 a las 21 horas.
- Yo fui una esclava yazidi, viernes 24 a las 21 horas.
- La primera línea de la favela, viernes 31 a las 21 horas.
A continuación compartimos un adelanto:
*Imagen cabecera: «Daphne. Una lapicera demasiado afilada» de Jules Giraudat y Arthur Bouvart». Una producción de THE WHY.
Así afectó la pandemia a la salud mental de los niños
La protección de las infancias es quizás el más urgente de los desafíos que enfrentan nuestras sociedades. La cantidad de niños que trabajan llega a los 160 millones en todo el mundo, en un escenario en el que el acceso a los programas de salud y protección social se hace cada vez más difícil como consecuencia de la crisis socioeconómica que la pandemia del Covid-19 ha ocasionado, especialmente en los países en vías de desarrollo. En igual sentido, la salud mental de los más jóvenes debe ser atendida: sólo en América Latina casi 16 millones de niños y adolescentes tienen algún tipo de trastorno mental, en especial ansiedad y depresión. Este 20 de noviembre se conmemora el Día Mundial por los Derechos del Niño, un nuevo mundial a favor de la protección de los derechos de los niños. Construir TV se suma a la conmemoración de esta fecha con la emisión de INFANCIA A LA VENTA, un documental que muestra cómo es la vida de los niños que son vendidos para trabajar en la industria minera, en la agricultura o como ayuda doméstica, entre otros.
La Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado internacional más ratificado de la historia, reconoce el derecho de los niños a tener salud y educación, descanso y esparcimiento; y a estar protegidos contra la explotación económica y el desempeño de cualquier trabajo que entorpezca su educación o que pueda ser nocivo para su salud o desarrollo. Sin embargo, pese a los avances en la protección de la niñez, millones de niñas y niños ven arrebatados sus derechos diariamente. Un informe de la OIT junto a UNICEF señala que 160 millones de niños deben trabajar para poder subsistir, mientras el acceso a la educación se ha hecho cada vez más difícil: unos 200 millones de niños no cuenta con la infraestructura para recibir educación a distancia ante posibles crisis futuras.
La situación se hace aún más compleja si tenemos en cuenta que casi 16 millones de niños y adolescentes presentan algún tipo de trastorno mental en América Latina y el Caribe. “La ansiedad y la depresión representan casi el 50 por ciento de los trastornos mentales entre los adolescentes de 10 a 19 años” en la región, señala un informe reciente de UNICEF, el cual pone énfasis en la salud mental de los más jóvenes en el marco de la pandemia del Covid. Y es que, lejos de haber terminado, los efectos que la pandemia ha tenido sobre las familias es múltiple y complejo: muchas madres y padres han perdido sus empleos y enfrentan serios problemas para sostener la crianza de sus hijos, al tiempo que los niños crecen en hogares más precarizados, y en muchos casos, violentos. «En efecto, existe el riesgo de que la repercusión de esta pandemia cause estragos en la felicidad y el bienestar de los niños y niñas, las y los adolescentes y los cuidadores durante los próximos años, y ponga en peligro las bases que sustentan la salud mental», alerta el informe. En tal sentido, los especialistas advierten sobre la necesidad de que los Estados inviertan en fondos para la promoción y el cuidado de la salud mental -especialmente en el ámbito de la educación- así como en acabar con el silencio y el estigma en torno a esa temática.
Si bien el panorama es difícil, hoy emergen múltiples voces que se unen para exigir a los gobiernos la implementación de medidas concretas para comenzar a mejorar las cosas. “Los niños y los jóvenes están alzando la voz sobre los temas que importan a su generación y piden a los adultos que construyan un futuro mejor”, concluyen desde UNICEF. Ojalá éste sea el momento en el que comencemos a escucharles.
Infancia a la venta
Construir TV se suma a la conmemoración del Día Mundial por los Derechos del Niño con la emisión de INFANCIA A LA VENTA, un film que muestra cómo es la vida de los niños y las niñas a quienes se les ha negado una infancia y una educación para ser vendidos para trabajar en las minas de mica, para recoger hojas de té en las plantaciones, para trabajar como ayuda doméstica, e incluso para ser vendidas como novias cuando son niñas.
INFANCIA A LA VENTA, viernes 19 de noviembre a las 13 y 21 horas por la pantalla de Construir TV.
A continuación les dejamos un adelanto:
Por qué la ciencia es (aún) más importante de lo que creemos
A lo largo de la historia, los descubrimientos científicos han cambiado nuestra vida y la forma en la que nos relacionamos con el mundo. Sin embargo, en la actualidad enfrentamos uno de los mayores desafíos: tomar medidas para comenzar a mitigar los efectos devastadores del calentamiento global. Frente a ello, la ciencia tiene un papel fundamental, al brindarnos herramientas que hagan posible no sólo cambiar el modelo de desarrollo sino también construir sociedades más sostenibles, resilientes e inclusivas. Construir TV se suma a la conmemoración del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo con la emisión de MUJERES EN LA CIENCIA, una serie que reúne distintas historias de científicas que con su trabajo buscan mejorar el presente así como romper con estereotipos y viejos mandatos sociales.
La ciencia ha sido, en especial desde el siglo XX en adelante, uno de los campos del saber que cambió profundamente nuestra vida cotidiana. Desde la llegada de la lámpara incandescente –hace poco más de un siglo- el desarrollo de vacunas, el descubrimiento de la física cuántica y los últimos avances en neurociencias, entre muchos otros, la ciencia ha transformado nuestra forma de comprender el mundo y de interactuar con él. Sin embargo, el acceso a muchos de los descubrimientos que la ciencia ha logrado -en especial aquellos referidos a la salud- ha sido desigual: hay una diferencia de 18,1 años en la esperanza de vida entre los países más pobres y los más ricos debido a, principalmente, el escaso acceso a los servicios de salud, por ejemplo en los testeos de HIV o en la distribución de vacunas contra el Covid-19.
El panorama no es fácil, en especial si tenemos en cuenta que aún hoy, el 80 por ciento de los países continúan invirtiendo menos del 1 por ciento del PBI en la investigación científica. Por otro lado, la necesidad de implementar acciones para mitigar los efectos del calentamiento global así como de generar nuevos modelos de desarrollo sostenible hacen necesaria una doble transición, tanto hacia economías “verdes” como digitales. ¿En qué consiste esto? Por un lado, en abandonar la matriz energética basada en los combustibles fósiles –aún hoy, más del 80 por ciento de la producción mundial de energía sigue basándose en el carbón, el petróleo y el gas- en favor del desarrollo de las de energías renovables, ya sea a partir de la radiación proveniente del sol, la energía cinética del viento, o de residuos forestales y agrícolas. Por otra parte, la transición hacia economías digitales implica una mejor gestión de la información para, por ejemplo, la implementación de “proyectos centrados en la movilidad conectada, ciudades que recopilan datos para mejorar el tráfico, aplicaciones de rutas en bicicleta o soluciones para la movilidad compartida”, como señala la periodista Belén Kayser en su nota para El País.
Sin dudas los avances científicos son fundamentales para encontrar soluciones innovadoras frente a los nuevos desafíos económicos, sociales y ambientales. Por ello es necesario “hacer hincapié en el uso responsable de la ciencia para el beneficio de las sociedades”, como señala la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Una ciencia al servicio del desarrollo sostenible e inclusivo de las sociedades –que contribuya a erradicar el hambre y a la creación de sistemas más eficientes de generación de energías limpias, así como a reducir la brecha tecnológica entre los países, entre otros- es una ciencia que contribuye a la paz y a la promoción de la cooperación internacional para el desarrollo sostenible.
Mujeres en la ciencia
Construir TV se suma a la conmemoración del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo con la emisión de MUJERES EN LA CIENCIA, una serie que reúne distintas historias de mujeres profesionales, apasionadas, inspiradoras, que con su trabajo científico buscan mejorar el presente y mostrar que otra realidad es posible de la mano de la investigación y el desarrollo. Conoceremos su pasión y su lucha por romper con estereotipos, mandatos y adversidades.
Mirá MUJERES EN LA CIENCIA, todos los MIÉRCOLES a las 13 y 21 horas por la pantalla de Construir TV.
A continuación te dejamos un adelanto:
5 razones para entender por qué dejar de desechar alimentos es más importante de lo que crees
¿Sabías que hoy, en el mundo, más de 800 millones de personas viven con hambre? Poder acceder o no a un plato de comida continúa siendo una de las desigualdades más acuciantes que enfrentamos como humanidad. El acceso desigual al alimento hace visible no sólo la ineficiencia del sistema mundial de producción alimentaria sino que a la vez permite dar cuenta de la necesidad de cambiar nuestra forma de consumo: mientras el 14 por ciento de los alimentos del mundo se pierden cada año entre la cosecha y la venta al por menor, el 17 por ciento del total de los alimentos disponibles son desechados en hogares y restaurantes. Esto también tiene un impacto ambiental, dado que implica el desaprovechamiento de todos los recursos utilizados para su producción, como el agua, el uso de los suelos y la energía. En el Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos compartimos 5 razones para entender por qué necesitamos transformar nuestras formas de producción y de consumo y qué es lo que está en juego detrás esta problemática. Construir TV se suma a la conmemoración de esta fecha con el lanzamiento de la campaña “CONSTRUIR CONCIENCIA” que propone reflexionar sobre la compleja interrelación entre las formas de consumo de alimentos y el desarrollo sostenible de las sociedades.
“Nuestro sistemas alimentarios están fallando y la pandemia de enfermedad por coronavirus está empeorando aún más las cosas” señala el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres. Según el último informe de la FAO, se estima que 811 millones de personas padecen hambre en el mundo -60 millones viven en América Latina y el Caribe- y la crisis económica global producto de la pandemia del Covid-19 no ha hecho más que empeorar las cosas. En 2020 padeció subalimentación cerca del 9,9 por ciento de la población mundial, frente al 8,4 por ciento registrado en 2019. Las y los especialistas advierten que si no se toman medidas urgentes, la falta de acceso al alimento tendrá consecuencias a largo plazo para cientos de millones de personas, especialmente en las infancias. En ese sentido, el informe estima que en 2020 cerca del 22 por ciento de las niñas y los niños menores de 5 años sufrió retraso de crecimiento por malnutrición.
Pero hay más. La pérdida y el desperdicio de alimentos también impacta sobre el ambiente, dado que implica el desaprovechamiento de todos los recursos utilizados para su producción –agua, tierra, semillas, energía y mano de obra-, entre otros. En un escenario que nos ultima a tomar acciones concretas para mitigar la crisis climática, y si tenemos en cuenta que el 8 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero son generadas por la pérdida y el desperdicio de alimentos, resulta necesario comenzar a comprender cuál es la importancia de cambiar las formas de producción y de consumo.
A continuación compartimos 5 razones por las que necesitamos reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y qué es lo que está en juego detrás esta problemática:
1. CUIDAR EL AGUA: El acceso al agua potable es un problema que enfrentan cada vez más comunidades. Un reciente informe de UNICEF señala que “miles de millones de personas se quedarán sin acceso a servicios de agua potable, saneamiento e higiene antes de 2030” a menos que se implementen políticas tendientes a cuidar el agua como un recurso clave para la vida –con el cuidado de los ríos, humedales y manglares; las obras de saneamiento, el control de la megaminería y la ganadería, industrias que utilizan millones de litros de agua para llevar adelante sus actividades; entre otras-. En igual sentido, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos contribuye a una disminución del consumo de agua potable por parte de esta industria.
2. REDUCIR EL CONSUMO DE ENERGÍA: Durante toda la cadena de suministro se utiliza energía, ya sea maquinaria para el cultivo y la cosecha, para el transporte y la distribución, etc. Aún hoy, la energía proveniente de los combustibles fósiles -carbón, petróleo y gas natural- es la más utilizada. La quema de dichos combustibles continúa siendo uno de los principales causantes de la producción de los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. Los alimentos que se pierden y desperdician representan el 38 por ciento del uso total de energía en el sistema alimentario mundial.
3. REDUCIR EL USO DE ENVASES DE PLÁSTICO: Estudios demuestran que los plásticos más comunes utilizados en envases de alimentos, emiten trazas de metano y etileno –dos gases altamente contaminantes- cuando se exponen a la luz solar, ya sea en el agua o en el aire. Las y los especialistas de la FAO advierten que las emisiones de gases a causa del uso de envases plástico representan el 5,4 por ciento de las emisiones mundiales de los sistemas alimentarios, inclusive más que el transporte.
4. PRESERVAR LA TIERRA Y LOS SUELOS: En el actual sistema productivo se recurre a la sobreexplotación de los recursos naturales, en especial de la tierra. La industria agrícola promueve los monocultivos –con la consecuente pérdida de nutrientes y carbono del suelo- así como el uso intensivo de agroquímicos y la deforestación de tierras para producir alimentos que muchas veces terminan en la basura.
5. REDUCIR LAS EMISIONES DE METANO: Al entrar en descomposición, los alimentos desechados producen metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el dióxido de de carbono.
“Hacen falta conductas que posibiliten un aprovechamiento más racional de lo que se produce. Se estima que si solo se evitara un cuarto de las pérdidas, sería posible alimentar a 870 millones de personas”, advierte Natalia Basso del equipo de Nutrición y Educación Alimentaria de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. En este sentido, puede resultar de utilidad la guía de 15 pasos para reducir el desperdicio de alimentos de los consumidores publicada por la FAO. Sin embargo, más allá de las conductas individuales, es necesario poner en discusión las formas de producción: “Hay una narrativa según la cual el comportamiento individual de cada consumidor es culpable de los desastres medio ambientales y el hambre en el mundo” advierte Magdalena Ackermann Aredes, co-facilitadora del Grupo de Trabajo sobre Agroecología del Mecanismo de la Sociedad Civil y Pueblos Indígenas (MSC) para las relaciones con el Comité de Seguridad Alimentaria de la ONU. “El modelo de producción agroindustrial afecta desigualmente a la salud de las personas (…) En el caso de las personas campesinas y trabajadoras agrícolas, por ejemplo, son ellas y sus familias que están directamente expuestas a los agroquímicos. Todo esto crea una paradoja cruel en la que son justamente quienes alimentan al mundo quienes también sufren más del hambre, de la malnutrición y cuya salud está más en peligro”, concluye.
Sin dudas la situación es compleja y requiere de abordajes integrales que tengan como eje el derecho a la alimentación y al acceso a la salud para todas las personas. Este 29 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, para sensibilizar sobre la importancia de este problema y sus posibles soluciones con miras al cumplimiento de la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relativa a reducir a la mitad tanto el desperdicio de alimentos por parte de los consumidores, así como las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, de aquí a 2030.
Construir conciencia
Construir TV se suma a la conmemoración de esta fecha con el lanzamiento de la campaña “Construir conciencia” que propone reflexionar sobre la compleja interrelación entre las formas de consumo de alimentos y el desarrollo sostenible de las sociedades. A continuación les dejamos un avance:
*Foto cabecera autor: nadinheli22 / Pixabay
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