Las denominadas “favelas de azotea” de Hong Kong albergan a miles de habitantes de barrios marginales de la ciudad que, al no poder costear un departamento, viven en la parte superior de los edificios viejos. Este tipo de asentamientos existe desde hace al menos 50 años y se prevé que sigan existiendo, dado que la escasez crítica de la tierra en Hong Kong –ciudad con una densidad de población de 6.410 habitantes por kilómetro cuadrado- parece ser un problema sin solución a mediano plazo.
Los precios excesivamente altos del mercado inmobiliario fuerza a aquellxs que no pueden acceder a una vivienda digna –ya sea en el mercado privado, o a través de una vivienda social- a buscar alternativas que les permitan continuar viviendo en la ciudad, lo que resulta en la necesidad de tener que alquilar habitaciones compartidas en departamentos de edificios antiguos o inclusive pagar mensualmente una “casa jaula”, un compartimento enrejado, del tamaño de una cama individual, que se “apila” en una misma habitación, en la que conviven diferentes personas que duermen “enjauladas” en su respectivos cubículos.
Enteradxs de este fenómeno, el fotógrafo alemán Stefan Canham, junto a la arquitecta china Rufina Wu, visitaron cinco edificios ubicados en Hong Kong y en 2008 publicaron el libro “Portraits from Above: Hong Kong’s Informal Rooftop Communities” (algo así como “Retratos desde arriba: comunidades informales de azotea de Hong Kong”), que contiene 100 fotografías de los exteriores e interiores de las viviendas, y 58 planos de arquitectura que dan cuenta de sus diminutas dimensiones espaciales.
Descripciones breves de la vida de quienes moran en las azoteas, como la que sigue, completan la postal urbana que ofrece el libro: «Para poder llegar a su departamento todos los días, él sube ocho pisos, seguidos de una escalera de cemento empinada e irregular. Duerme/come/lee/mira televisión en la mitad de una cama de nylon plegable, ya que sus pertenencias ocupan la otra mitad. El baño y la cocina estan al fondo. No hay inodoro ni letrina -sólo un agujero de drenaje en el piso. Cualquier sobra de comida es compartida con los gatos vagabundos que suelen frecuentar su balcón…»
Si bien las fotografías ofrecen una variada representación del fenómeno, ninguna de las fotos del libro incluye a quienes se alojan en esas viviendas, probablemente debido al hecho de que están construidas de forma ilegal, aunque –se sabe- son una realidad bien conocida por las autoridades. Como señala la introducción del libro «los asentamientos de la azotea son un legado urbano, que cuenta la historia de Hong Kong, de la agitación política en la China continental, de desarrollo urbano, de las esperanzas de la gente y sus necesidades en la ciudad».
Fuentes consultadas
*Foto cabecera:
Camera Press/Michael Wolf/laif/ Team Yellow