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En Holanda se está construyendo el primer complejo habitacional completamente realizado con tecnología 3D. Lxs responsables del proyecto resaltan que se trata de un método de construcción más rápido que el tradicional y con menor impacto ambiental, a la vez que permitirá –en un futuro que no parece tan lejano- que las casas sean construidas por sus dueñxs y «apretando sólo un botón». ¿En qué consiste este método de construcción? ¿Cómo se verá afectado el trabajo de constructores y arquitectos? Aquí algunas respuestas.
Se trata del Proyecto Milestone, una novedosa iniciativa para la construcción de las primeras casas habitables del mundo construidas en impresión de concreto con tecnología 3D. El proyecto es una iniciativa público-privada entre el municipio de Eindhoven -ciudad holandesa que supo reinventarse tras permanecer oculta bajo el liderazgo de urbes como Ámsterdam y Rotterdam- la universidad local y varias empresas constructoras, entre las que se destacan el estudio Houben & Van Mierlo Architecten. Sus responsables prevén finalizar la primera de las cinco casas a mediados de 2019.
Cada casa es “impresa” a partir de una mezcla de concreto especialmente desarrollada que utiliza una baja proporción de cemento. Al respecto, desde la Universidad Técnica de Eindhoven señalaron que la construcción con impresión 3D tendrá un menor impacto ambiental que la construcción tradicional, dado que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) asociadas a la producción de cemento serán reducidas.
Lxs arquitectxs sostienen que el desarrollo e implementación de este tipo de técnicas brindarán mayor “libertad de forma y textura” a la hora de diseñar viviendas, dado que la impresión 3D permite producir una variedad más amplia de formas que los métodos de construcción tradicionales. “Con esta técnica ya no hay ningún tipo de limitación en geometría, por primera vez en la historia”, asegura Benjamin Dillenburger, arquitecto y programador. Además, aseguran que una vez que la impresión en 3D alcance un mayor desarrollo, será posible hacer que la gente pueda diseñar y construir su propia casa en forma rápida y sencilla. “Inclusive sería posible desarrollar un software con el que las personas pudieran hacer sus casas”, explica Jelle Houben del estudio Houben & Van Mierlo Architecten. “Podrían convertir sus sueños en un proyecto concreto, capaz de ejecutarse con sólo presionar un botón”, asegura.
Si bien se prevé que el complejo habitacional sea finalizado por completo en 2022, la noticia despertó el interés de muchas personas que desean habitar el complejo. Algunxs señalan que el alquiler será de 900 a 1.200 euros, precios que resultan acordes al mercado de alquileres en Holanda.
El futuro del trabajo en la construcción
El desarrollo de este tipo de tecnologías dispara la pregunta ¿qué ocurrirá con el futuro laboral de constructores, arquitectos y demás oficios y profesionales ligados a la construcción? La primera respuesta la esbozan quienes ya trabajan en el desarrollo de tecnologías 3D, es decir quienes dirigen el proyecto del complejo habitacional holandés: “el 3D podrá transformar el rol de lxs arquitectxs hacia un papel más ligado a la consultoría, mientras la tecnología 3D ofrecerá a lxs usuarixs finales la posibilidad de diseñar su casa a medida”, según afirma la arquitecta Jelle Houben.
Más allá del campo específico de la arquitectura, está claro que la impresión 3D modificará sustancialmente la forma de trabajar de muchas personas, a la vez que creará nuevos puestos de trabajo efectivos vinculados con esta tecnología; desde las personas que deberán encargarse de manejar las nuevas maquinarias e insumos, hasta quienes desarrollen los softwares necesarios para impresión en 3D, así como «químicos y físicos capaces de desarrollar los materiales aptos para imprimir en 3D».
La cuarta revolución industrial ha llegado para transformar nuestra forma de trabajar y de vivir, y todo indica que el proceso sólo beneficiará a quienes sean capaces de innovar y adaptarse. Frente a dicho panorama, será de vital importancia la dinámica que se desarrolle entre los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil para que hacer que el futuro del trabajo sea un futuro que incluya a todxs lxs trabajadorxs.
*Foto cabecera: dezeen.com