Un equipo de científicxs de la Universidad de Stanford (California, EE.UU.) descubrió que el diminuto gusano de la harina (Tenebrio molitor) es capaz de alimentarse de espuma de poliestireno, un plástico no biodegradable utilizado en la fabricación de juguetes y embalajes de la industria electrónica y farmacéutica. El descubrimiento permitiría encontrar una forma natural de reciclaje de residuos plásticos a través de la degradación bacteriana en el intestino de un animal.
Lxs investigadorxs descubrieron que este tipo de gusanos alojan en su estómago microorganismos que al alimentarse con estas sustancias sintéticas biodegradan el plástico. Según informó la BBC, lxs científicxs observaron que estos insectos transforman el 50 por ciento de la espuma que consumen en dióxido de carbono y el otro 50 por ciento lo excretan como fragmentos biodegradados.
En 2014, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estimaba que cada año cerca de 20 millones de toneladas de plástico acaban en el océano, lo que supone un costo anual de 13 mil millones de dólares en daños a los ecosistemas marinos, además de la contaminación química, la expansión de especies invasivas a través de fragmentos de plásticos y el daño económico a las industrias de la pesca y el turismo de muchos países. En consecuencia, la importancia de este descubrimiento reside –tal como lo explica una de las colaboradoras de la investigación, Anja Malawi Brandon– en permitir «pensar de forma novedosa sobre qué hacer con todo el plástico que acaba en el medio ambiente”, por lo que el estudio cambiaría por completo la percepción de cómo gestionar los deshechos plásticos en el mundo.
Según informó la revista Muy Interesante, lxs investigadorxs “pusieron a 100 gusanos de la harina en una caja rellena de espuma de poliestireno y a otro centenar con su dieta habitual (a base de insectos muertos plantas, semillas). Los gusanos comieron entre 34 y 39 miligramos de este plástico al día, convirtiendo la mitad de la espuma de poliestireno en dióxido de carbono, como si se tratara de cualquier otro alimento. La mayor parte del plástico restante fue excretado por los gusanos como fragmentos biodegradados parecidos a la caca de conejo”.
Actualmente lxs investigadorxs buscan establecer qué otros tipos de plástico son capaces de biodegradar estos gusanos, a la vez que buscan descubrir si existen otro tipo de insectos capaces de degradar este tipo de sustancias.