Un equipo de investigadorxs estadounidenses identificó los cambios genéticos que permiten recuperar el gusto original de este fruto que había perdido su sabroso sabor natural a partir del auge de la producción de tomates industriales.
«Vamos a recuperar el gusto de los tomates perdido en el transcurso de las últimas décadas«, asevera Harry Klee, profesor de horticultura de la Universidad de Florida e investigador a cargo del estudio, quien asegura ser capaz de «poder hacer mucho mejores los tomates del supermercado». A partir del análisis del genoma del tomate (un estudio que llevó años y que consistió en el análisis de los niveles de distintas sustancias químicas en distintas variedades, que concluyó en la secuenciación completa del genoma de unas 400 variedades de tomate) este grupo de investigadorxs se propuso organizar pruebas para que lxs asistentes determinaran cuál especie de tomate le resultaba más y menos sabrosa.
A partir de allí identificaron los genes que producen las sustancias responsables de hacer tomates con el sabor más delicioso, y descubrieron (¿sorpresa?) que los frutos con la “mejor versión” de esos genes eran los de las variedades silvestres. Así, lograron aislar los cinco o seis genes que intervienen en la síntesis de las sustancias químicas que le dan gusto a esta fruta. El investigador explica el proceso científico en forma simple: “Al determinar las secuencias del genoma de diferentes especies de tomate, podemos saber qué es lo que se ha perdido en el ciclo industrial de cultivo. Básicamente podemos usar esta información para rescatar los mejores genes de los tomates ancestrales y colocarlos nuevamente en especies actuales, utilizando métodos tradicionales de cultivo”.
Respecto al cambio del sabor de los tomates ancestrales respecto a los actuales, Klee explica: “Los agricultores modernos se han focalizado específicamente en el tamaño de la fruta. Ellos desarrollaron tomates cada vez más grandes. Y existe una correlación negativa entre el tamaño y la cantidad de azúcar en la fruta. Entonces, al seleccionar sólo los frutos de mayor tamaño a lo largo de los últimos 50 años o más, los agricultores han reducido el promedio del nivel de azúcar. Tomates más grandes significa menos azúcar”, sintetiza.
Si bien muchxs quisiéramos que “el sueño” de los tomates deliciosos se haga realidad en los próximos meses, serán necesarios entre tres y cuatro años para poder obtener los nuevos y sabrosos tomates. Una vez llegado ese momento, el responsable del proyecto, Harry Klee, asegura que liberarán los resultados para que cualquiera pueda saber cómo cultivar tomates deliciosos: “No vamos a restringir esta tecnología en ninguna forma. Queremos que todxs puedan obtener tomates que tengan mucho mejor sabor para que la gente tome mejores decisiones sobre su dieta, y quizás, coma en forma más saludable. El tomate es un gran alimento en términos nutricionales (…) el objetivo es lograr que todo el mundo pueda cultivar mejores tomates”.
Foto cabecera: Animales y Plantas de Peru