La construcción bajo tierra tiene múltiples ventajas: desde la reducción del gasto energético hasta la mejora de las propiedades de temperatura e iluminación. Sin embargo, también encierra algunos mitos. Les presentamos algunas de las más novedosas estructuras bajo tierra y sus beneficios.
Las casas bajo tierra, también conocidas como “casas verdes”, “refugios verdes” o “casa de hobbit” son, como tantas otras, una tendencia de vivienda consciente. El término aplica a aquellas construcciones que tienen una pared -o más- por debajo de la superficie de la tierra e intenta recuperar los beneficios de las milenarias cavernas o cuevas donde se solía vivir.
Este tipo de construcción tiene como postulado no alterar de manera agresiva la fisonomía de los terrenos sino, por el contrario, adaptarse e integrarse a ellos, minimizando el impacto medioambiental.
Vivir bajo tierra tiene muchísimos beneficios. En primer lugar, presenta las condiciones adecuadas para la correcta eficiencia energética. La temperatura se regula mejor, tanto en invierno como en verano, gracias a las propiedades aislantes de la tierra que reducen entre un 60 y 80% los costos de enfriamiento y calefacción, especialmente en áreas muy ventosas. Además, provee la protección necesaria ante desastres naturales como tormentas fuertes, terremotos y tornados.
También se tiende a pensar que este tipo de construcciones resultan muy oscuras. Sin embargo, para aprovechar la luz natural, estas viviendas suelen diseñarse y construirse sobre laderas que se abren al exterior, para preservar el entorno.
En comparación con una casa tradicional, las casas bajo tierra se pueden pensar como un refugio ignífugo: se puede hacer un mejor aprovechamiento del concreto gracias al aislamiento que provee el techo verde. Además, este tipo de viviendas no tiene fachada expuesta al exterior, lo que reduce los costos de mantenimiento.
Este tipo de estructuras permite jugar con los sistemas constructivos. El más adoptado es el Steel Framing, es decir, estructuras de acero que luego se recubren de concreto y una capa de material impermeable. Los cimientos se construyen de manera tradicional, y las paredes interiores se revisten con arcilla y cemento, para reducir los problemas de humedad.
Derribando algunos mitos, las casas bajo tierra presentan ventajas muy significativas para llevar un nivel de vida sustentable, sin resignar confort o comodidad.
Fuente: Sourceable
* Foto de portada: SeARCH