El templo Gotojuki está situado en una zona cercana a Tokio. Es un templo budista famoso por alojar la historia del gatito Maneki-geko que tiene la pata derecha levantada, como saludando.
Hay varias leyendas circulando sobre este gatito. Es necesario aclarar que no es de origen chino, como comunmente se piensa. Se dice que durante el siglo XVII, en la etapa Edo, el templo tenía serios problemas económicos y su monje era muy pobre. Aún así, compartía la escasa comida disponible con su gata.
Un día, un señor feudal de gran poder y fortuna fue sorprendido por una tormenta mientras estaba de cacería. Por ello, se refugió en un árbol cerca del templo. Mientras esperaba a que el tiempo se calmase, vio una gata que le hacía señas para que se acercara a la puerta del templo. Levantaba una de sus patas y la agitaba, como llamándolo. Sorprendido, se acercó a ella para verla mejor, alejándose del árbol. En ese momento, un rayo cayó sobre éste, haciéndolo pedazos. El hombre salvó su vida gracias a la gata y quedó tan agradecido, que donó campos de arroz y tierras. Después de esto, el templo se hizo muy rico y próspero.
Cuando la gata murió, se le hizo un solemne entierro y se creó el Maneki-Geko en su honor. Así que se hizo leyenda que quién tuviese una figura de estas en su casa o trabajo, atraería la buena suerte y la prosperidad.
Es así que hoy el templo se encuentra poblado de múltiples estatuillas maneki-geko, y como corresponde, un cementerio para gatos donde son recordados con amor.
Créditos: japonismo.com