Las tareas de cuidado son fundamentales para la evolución y el funcionamiento de las comunidades y economías.
Desde el cuidado de niños hasta la atención de adultos mayores, estas responsabilidades son frecuentemente invisibles pero sin embargo gracias a ellas se sostiene el tejido social que permiten que se puedan llevar a cabo otras actividades, tanto personales como laborales. Sin embargo y a pesar de su importancia, el valor de estas labores sigue subestimado y en muchos casos no es reconocida su gran relevancia.
Un Panorama Desigual en América Latina
América Latina enfrenta un contexto desafiante en lo que respecta a las responsabilidades de cuidado. Según un informe de la OIT, las mujeres de América Latina y el Caribe dedican en promedio más del triple de horas que los hombres, a las labores de cuidado no remuneradas. Esta desigualdad impacta en la participación de las mujeres en el mercado laboral, limitando sus oportunidades de desarrollo personal y profesional. En muchas ocasiones, las mujeres se ven obligadas a elegir entre sus propias aspiraciones y las necesidades de sus familias.
Impacto Social y Económico
Las tareas de cuidado tienen un efecto muy significativo en la economía, porque la alta tasa de informalidad significa que miles de horas laborales quedan afuera de los sistemas de contabilización, de asistencia social, de derechos y esto además de afectar a las personas directamente, afecta también el PBI de una nación y su crecimiento económico.
Reconocer y valorar estas tareas no solo es un asunto de justicia social, sino que también significan beneficios económicos tangibles, como una mayor productividad y un equilibrio del mercado laboral.
Es urgente reconocer el aporte de las tareas de cuidado y esta valoración también incluye promover políticas que faciliten la conciliación de la vida laboral y familiar, así como fomentar un reparto equitativo de las responsabilidades de cuidado entre hombres y mujeres.
Es momento de actuar y generar un cambio cultural que reconozca y valore el trabajo de cuidado. Desde la implementación de políticas públicas que apoyen a quienes asumen estas tareas, hasta la promoción de una mayor equidad en el hogar, cada paso cuenta. Es hora de construir una sociedad donde las tareas de cuidado sean visibles, valoradas y compartidas, asegurando un futuro más justo y equilibrado para todos.
Para conocer más sobre esta temática: