Tres arquitectas de la provincia de Mendoza (Argentina) que necesitaban encontrar un lugar para su estudio decidieron transformar un contenedor marítimo en una cómoda oficina. Las instalaciones -que cubren un total de 29 metros cuadrados, con iluminación natural y un adecuado sistema de aislación y ventilación- incluyen un espacio de trabajo, un estar, un toilette y una pequeña cocina. Las arquitectas señalan que este tipo de proyectos, que en su caso costó casi la mitad del costo total de una construcción tradicional, ofrecen ventajas como un menor tiempo de construcción y abaratamiento de costos, además de ser sismo-resistentes y menos dañinos para el medio ambiente, ya que no generan alteraciones permanentes en el terreno.

Todo comenzó cuando Paula Cepparo, Viviana Briggs y Laura Allevi, tres profesionales especializadas en arquitectura de la salud y de la vivienda, tuvieron que mudar su oficina a un nuevo lugar, pero sólo encontraron espacios de medidas diminutas y con muy poca luz natural. Fue entonces cuando idearon dar forma a un proyecto para construir su oficina a partir de un contenedor marítimo.

“En nuestro caso hicimos nuestro estudio con un contendor reciclado, que estaba fuera de su circuito. Se trata de un contenedor de 40 pies (12 metros de largo por 2,40 metros de ancho)», señaló a radio Universidad Paula Cepparo, una de las responsables del proyecto, quien a su vez agregó que una de las ventajas que encontraron en este tipo de solución habitacional es que “se puede trabajar como cualquier otro material de arquitectura y lo bueno que tiene es que es una construcción muy rápida y totalmente en seco, que se puede montar en un lugar y luego ser trasladada; como en nuestro caso, que montamos la construcción en un terreno que no es nuestro, y nos lo prestan. Desde el inicio fue pensado para que el día que tengamos otro terreno el estudio pueda ser trasladado ahí”.

El estudio cuenta con una sala de reuniones, un espacio de trabajo, un baño y una cocina pequeña “que también podría ser un dormitorio o un espacio multiuso” para una pareja, según agregó la arquitecta Cepparo.

Uno de los desafíos que se presentó fue lograr implementar sistemas de aislación y ventilación adecuados para este tipo de construcciones: “aislamos todas las paredes y el techo con 4 centímetros de espuma de poliuretano, que es un excelente aislante. Al techo le colocamos un sobretecho metálico que deja pasar el aire, y lo pintamos de colores claros para que no absorba el calor sino que lo refleje”. Por otro lado, se decidió instalar un sistema de  ventilación cruzada a partir de ventanales amplios dispuestos en distintas direcciones que permiten que el aire circule de forma tal de hacer habitable el espacio durante las épocas de altas temperaturas, “abriendo las ventanas tenemos una temperatura excelente” enfatizó Cepparo.

Laura Allevi, Paula Cepparo y Viviana Briggs, las profesionales mendocinas que transformaron un contenedor en su estudio de arquitectura

El proyecto, ubicado en el departamento mendocino de Luján de Cuyo, demandó una inversión total de 150 mil pesos (ARS), incluyendo el precio del contenedor: “Una construcción común nos habría costado ocho mil pesos el metro cuadrado. En esta nos salió seis mil, pero no es un monto que podamos extrapolar porque usamos mucho material reciclado y varios de los detalles que pueden ver fue mano de obra nuestra”, explicó Cepparo al diario El Sol, a la vez que destacó el poco tiempo destinado a la construcción de este tipo de emprendimientos “si querés hacerte una vivienda rápida, con este estilo, en un mes la podés tener terminada”.

Si bien a partir de su proyecto las arquitectas reciben cada vez más consultas para realizar este tipo de construcciones sustentables, las profesionales aclaran que el precio de los contenedores de 12 metros de largo oscila desde 32 mil pesos en adelante, aunque el monto depende de la disponibilidad de containers que haya: “si estás cerca de una zona portuaria seguramente encontrarás mejores precios que en zonas en las que estamos lejos, como la nuestra”.

La construcción de viviendas a partir de contenedores reutilizados ofrece ventajas como una construcción rápida, lo cual permite abaratar costos, así como resistencia y seguridad, ya que se trata de viviendas sismo-resistentes: “si pensás que esta diseñado para que lo mueva una grúa, o para estar en un barco en medio del mar, moviéndose para todos lados… en sí mismo es como una caja totalmente sismo-resistente. Lo que nosotras hicimos fue calcular las bases y las columnas que lo sostienen para que toda la estructura sea sismo-resistente”.

Por último cabe señalar que este tipo de viviendas, además de ofrecer una solución alternativa y de menor costo para quienes deseen construir su casa, tienen un menor impacto ambiental que una construcción tradicional, ya que no generan alteraciones permanentes en el terreno.

*Todas las imágenes pertenecen al diario El Sol