Científicos estadounidenses identificaron patrones genéticos comunes entre especies que permiten comprobar que la regeneración de tejidos y extremidades en humanos es posible.
Muchos organismos inferiores presentes en la naturaleza tienen la capacidad de regenerar la forma y la función de cualquier tejido dañado. Los humanos compartimos algunos de nuestros genes con estos organismos, pero nuestra capacidad de regeneración es limitada. Científicos del Laboratorio Biológico MDI de Bar Harbor, Maine, Estados Unidos, se encuentran estudiando el código genético de estos organismos para averiguar cómo podría activarse este mecanismo de regeneración de tejidos en los humanos.
En un paper publicado en el diario PLOS ONE, los doctores en física Benjamin L. King y Voot P. Yin, del Laboratorio Biológico MDI, explican que estos reguladores genéticos comunes se encuentran en tres especies que pueden regenerar sus tejidos y extremidades: el pez cebra, una especie original de la India; el axolotl, una salamandra nativa de los lagos de México; y el bichir, un pez africano.
El descubrimiento de este mecanismo genético regenerativo común a las tres especies sugiere que forma parte del código genético de la naturaleza y que se conservó a lo largo de la evolución. En este sentido, los científicos afirman que servirá como una plataforma para elaborar hipótesis sobre la regeneración de tejidos y extremidades en humanos, a través de terapias químicas. “El hecho que hayamos identificado una firma genética para la regeneración de extremidades en tres especies distintas, sugiere que la naturaleza ha creado un “manual de instrucciones” genéticas que podría ser compartido por otras formas de vida animal, incluyendo a los humanos”, afirman los científicos.
Además de la regeneración, los avances que se han realizado en este estudio también permitirán hacer mejoras en la cicatrización de las heridas y los tejidos, ya que los mecanismos para este tipo de reparación celular son muy similares. Otra aplicación potencial es el desarrollo de dispositivos protésicos más sofisticados, que tengan la capacidad de interactuar con los nervios y permitir un control mayor.
Fuente: News-Medical
*Foto de portada: Taringa