En el desierto de Rajasthan (India) el nacimiento de una niña ya no es una maldición. Antes las familias se deshacían de sus hijas por no poder pagar la dote, y hoy celebran sus vidas plantando 111 árboles. Esta es la historia de mujeres que lograron trabajar fuera del hogar organizando a otras y también es la historia de aquellas que casi sin saber escribir, educan a sus hijas para que persigan en sus sueños.