Las denominadas “editoriales cartoneras” son emprendimientos que proponen un modelo editorial alternativo, a partir de un proceso de producción basado en el reciclaje de cartón –que se le compra a lxs recolectores informales- el trabajo colectivo y la generación de empleo para los sectores más vulnerables. En esta nota lxs invitamos a conocer este fenómeno en América Latina, surgido a partir de la experiencia argentina de Eloísa Cartonera, la primera editorial del mundo en su tipo.
Corría el año 2002, eran los tiempos de la última gran crisis política, social y económica de Argentina, cuando un par de amigos, el escritor Washington Cucurto junto al artista plástico y diseñador, Javier Barilaro, idearon una manera para poder superar las trabas que las editoriales imponían a quienes querían comenzar a dar a conocer su obra a través de la publicación de libros de poesía. Fue entonces que se dieron cuenta que las calles de la ciudad de Buenos Aires –allí comienza esta historia- ofrecían una considerable cantidad de materia prima para elaborar sus libros: cartón. Así, por primera vez, lo que hasta entonces había sido un deseo teñido del lamento de estos artistas emergentes tomó la forma concreta de un material cotidiano y accesible, y de un proyecto específico para llevarlo adelante. Meses más tarde, en agosto de 2003, empezaron a vender sus propios libros en las calles de Buenos Aires.
Según relata el artículo Borrón y cuento nuevo: las editoriales cartoneras latinoamericanas, el sistema funcionaba así: “Se compraba el cartón de los cartoneros y se les pagaba por un kilo tres veces más de lo que recibían de las plantas de reciclaje. Luego ese cartón se recortaba y transformaba en las portadas de los ejemplares que contenían las fotocopias de los cuentos y poemarios donados por escritores de renombre como Ricardo Piglia, (Rodolfo) Fogwill y César Aira, entre otros. Cada libro fue pintado a mano en un proceso en el que participaban todos los que querían colaborar: desde los cartoneros y sus hijos hasta los vecinos y otros artistas que se sumaban al proyecto”.
La experiencia fue todo un éxito, y tiempo después “el caso” de Eloísa Cartonera –tal el nombre de esta editorial- formaba parte de las ediciones de BBC Mundo, The Guardian y Finantial Times. Medios locales y extranjeros admiraban este emprendimiento que venía a demostrar que era posible dar un trato justo a lxs recolectorxs informales de cartón, generar empleo, fomentar el reciclaje y encontrar nuevos canales de difusión de la literatura, por fuera de los circuitos tradicionales manejados por las grandes editoriales.
Pero había mucho más: la experiencia de Eloísa Cartonera pronto se convertiría en el motor para que decenas de emprendedorxs de América Latina y el mundo se animaran a adaptar el proyecto a las necesidades y desafíos propios, sin dejar de lado los cimientos sobre los cuales se construyó Eloísa Cartonera. Solidaridad, trabajo, autosustento (rechazan cualquier tipo de ayuda o subvención) y un amplio catálogo con obras de escritores reconocidos y nóveles de Latinoamérica.
Aquí un repaso por cinco emprendimientos editoriales cartoneros de América Latina:
1.ANIMITA-CARTONERA (CHILE)
El proyecto de Animita Cartonera se convirtió en un espacio que promueve la confección de libros hechos de manera artesanal por jóvenes que lideran la producción del taller. Como en la mayoría de los casos, la publicación de los textos se logra mediante la autorización del autor para publicar ejemplares fotocopiados o impresos, lo cual permite abaratar costos y vender los libros a bajo precio. Además, realiza talleres artísticos en torno a la literatura destinados a distintos grupos etarios.
2.SARITA CARTONERA (PERÚ)
Además de la edición de libros, este proyecto editorial solidario creado en Lima a principios del año 2004, dio origen al proyecto educativo de estimulación y comprensión lectora Libros, un modelo para armar (LUMPA), que vincula literatura, artes plásticas y educación ambiental en una metodología horizontal, empleando al máximo la imaginación y la capacidad crítica de los participantes.
3.YERBAMALA CARTONERA (BOLIVIA)
Se trata de un proyecto editorial sin fines de lucro que pretende difundir y promocionar nuevas propuestas literarias de escritores emergentes. Además de la venta de sus obras en papel, la editorial puso su catálogo online para que cualquiera pueda acceder a las obras editadas en forma gratuita y sin necesidad de acercarse a un puesto de venta.
4.COHUINÁ CARTONERA (MÉXICO)
Esta editorial de México, además de compartir el propósito de realizar libros a bajo costo a través de publicaciones de calidad confeccionadas con materiales reciclables, realiza actividades educativas y de promoción de la lectura. En octubre de 2015 viajaron a Berlín, Alemania, para dictar un taller de escritura creativa en español y cómo elaborar un libro cartonero propio.
5.ELOÍSA CARTONERA Y SU PROYECTO DE HUERTA
Además de la editorial, lxs miembrxs de Eloísa Cartonera comenzaron a dar forma a un proyecto paralelo a la publicación de libros: tener una huerta: «Compramos una hectárea en Florencio Varela (en el barrio La Capilla – provincia de Buenos Aires) y tenemos un sueño: construir ‘La Casa del Sol Albañil’ (…) en este momento estamos en la etapa de preparación de la huerta. La idea es producir alimentos sanos y frescos y convertirnos en trabajadores amorosos de la tierra (…) Será una oportunidad para que entre todos construyamos un espacio de generación de alimentos y aprendizaje, una agricultura sostenida por la comunidad», anunció la editorial en su página.
Trabajo, solidaridad, cultura, reciclaje. Las editoriales cartoneras han llegado para demostrar que otros modelos de gestión también son posibles.
*Foto cabecera: Eloísa Cartonera/ Flickr