El desempleo mundial alcanza en la actualidad casi a 200 millones de personas. Más de la mitad de la población mundial no tiene protección social y el número de trabajadores que viven con menos de dos dólares por día asciende a 300 millones. Este 7 de octubre es el Día Mundial del Trabajo Decente y desde Construir TV nos sumamos a la conmemoración de esta fecha con el fin de comprender porqué es importante fomentar el trabajo decente, no sólo como un derecho, sino también como un motor del desarrollo sostenible.
Estamos ante las puertas de una profunda transformación socioeconómica que nos lleva a repensar el futuro del trabajo. Un reciente estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que en los próximos quince años los métodos de trabajo experimentarán grandes transformaciones impulsadas mayormente por los cambios tecnológicos, climáticos y demográficos, que irán de la mano de otras megatendencias como la alta informalidad laboral, el alto desempleo –en particular de los jóvenes-, las brechas de género y la discriminación hacia otros sectores vulnerables como el colectivo trans, entre otros.
Las cifras mundiales no dejan duda respecto a la magnitud del problema: 193 millones de personas están desempleadas y el 71 por ciento de la población no tiene protección alguna. En América Latina la tasa de desocupación regional se incrementó por tercer año consecutivo (de 7,9 a 8,4 por ciento) mientras que la tasa de desocupación femenina continuó siendo 1,4 veces mayor que la tasa de desocupación masculina, y uno de cada cinco jóvenes que busca empleo no lo encuentra. Ante este panorama, el acceso al trabajo decente –el trabajo digno que genere un ingreso justo, brinde protección social para las familias así como mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social- es uno de los mayores desafíos que enfrentamos a nivel mundial.
Frente a este escenario, los y las líderes del mundo deben unir esfuerzos para desarrollar políticas que garanticen la empleabilidad e inclusión. En este sentido, recientemente el Labour 20 o L20 -grupo de afinidad del G20 que reúne a los líderes de los sindicatos internacionales con el fin de acercar las perspectivas de los trabajadores a los líderes mundiales- hizo un llamamiento a los Ministros de Trabajo y Empleo del G20 para profundizar los compromisos en la lucha por la erradicación de la pobreza y la promoción del trabajo decente, mediante la implementación de medidas como garantizar el salario mínimo vital en función del costo de la vida; promover la libertad sindical y la negociación colectiva de salarios; extender la protección social; combatir el trabajo precario; capacitar a las y los trabajadores para que puedan incorporarse a los nuevos empleos; promover la igualdad de género en el mercado laboral; fomentar el trabajo juvenil a través de programas de formación y medidas que favorezcan su inserción en el mercado de trabajo; y promover la integración laboral de las personas migrantes.
Es importante destacar que el trabajo decente es un factor fundamental para hacer avanzar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de las Naciones Unidas para erradicar la pobreza, hacer frente al cambio climático y construir sociedades pacíficas e inclusivas. Es imprescindible que los gobiernos así como la sociedad comprendan que el acceso al trabajo decente no sólo es un derecho de las personas, sino también el motor principal del desarrollo sostenible: Un número mayor de personas con empleos decentes significa un crecimiento económico más fuerte e inclusivo, y mayor crecimiento significa más recursos disponibles para crear empleos decentes.
*Foto cabecera: copesepb.ca