Se trata de Les Avanchets, ubicado en el cantón de Ginebra (Suiza), un lugar donde casi todas las casas tienen una huerta. Allí, todo el mundo tiene la costumbre de intercambiar alimentos orgánicos con sus vecinos, una linda forma de contribuir a la producción de alimentos naturales y una manera de fomentar la integración social.
Aunque hoy resulte llamativo, en el pasado la práctica de la agricultura urbana –en especial en Europa- estuvo ligada a las crisis económicas y energéticas, que obligaron a los gobiernos a fomentar este tipo de prácticas en la población para poder asegurar el autoabastecimiento de alimentos. Luego de finalizada la Primera Guerra Mundial, los huertos urbanos se expandieron aún más, dada la escasez de alimentos general.
Hoy, muchos años después de aquellos trágicos sucesos, la agricultura urbana renace en distintos lugares del mundo como una nueva tendencia que busca establecer espacios de autogestión e integración social, así como de una nueva educación ambiental.
Fuentes: El horticultor / Historia de los huertos urbanos
*Imagen cabecera: Milligans gander hill farm