Tres emprendedores chilenos crearon “Fresh Water”, un dispositivo que permite condensar las partículas del aire para transformarlas en agua potable. La máquina –que permite que una familia pueda obtener entre 9 a 28 litros diarios de agua purificada de alta calidad, sin sodio, preservantes, metales o químicos- funciona tanto con energía eléctrica convencional como a través de su propia batería a base de energía solar.
El acceso a fuentes de agua potable y al saneamiento es considerado por las Naciones Unidas como un derecho humano básico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarios entre 50 y 100 litros de agua por persona y día para garantizar la cobertura de las necesidades fundamentales de los seres humanos, algo a lo que muchas familias de distintos lugares del mundo todavía no han podido acceder.
Frente a esto, tres profesionales chilenos desarrollaron un dispositivo que puede condensar las partículas del aire para transformarlas en agua potable de alta calidad, sin necesidad de que el aparato este conectado a una red de agua. Así lo explica la página oficial de Fresh Water: “Queremos que el agua llegue a todo el mundo y que esté disponible en cualquier localización geográfica. Hemos creado una solución auto sustentable, que no requiere de la energía convencional y que utiliza una fuente alternativa renovable, e ilimitada: el aire”.
De esta forma el dispositivo permite obtener agua de la atmósfera –ya sea conectada a una fuente eléctrica de 220V, o a través de su propia batería o fuente solar- mediante etapas de filtrado, purificación y esterilización que permiten proveer agua purificada con altos estándares de calidad.
Además, Fresh Water puede ser instalado en cualquier hogar y no requiere más atención que la que se entrega a cualquier electrodoméstico actual. Si bien la idea es lograr que en el futuro el dispositivo tenga un costo accesible para la mayoría de las personas, según el periódico chileno La Información, actualmente los creadores del dispositivo apuntan a comercializarlo a un coste aproximado de 300 dólares. En la creación del dispositivo han participado el director ejecutivo e inventor Héctor Pino, el ingeniero experto en tecnología militar Carlos Blamey, y Alberto González, diseñador industrial con experiencia en proyectos aeronáuticos.
*Foto cabecera: Malayalanatu